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La gestión eficiente del agua en la agricultura es una prioridad absoluta en España, donde los recursos hídricos son limitados y el cambio climático intensifica los periodos de sequía. En este contexto, la correcta preparación de los sistemas de riego antes del inicio de la campaña es esencial para garantizar una distribución uniforme del agua, reducir los costes operativos y prolongar la vida útil de los componentes.
Un buen mantenimiento preventivo permite:
- Detectar fallos antes de que se conviertan en averías
- Optimizar el funcionamiento del sistema
- Asegurar un uso racional del agua.
Revisión de tuberías y emisores: garantizar un flujo sin pérdidas
Las tuberías y emisores constituyen el esqueleto del sistema de riego. Su buen estado estructural y operativo es indispensable para lograr una distribución uniforme del caudal y evitar pérdidas por fugas, obturaciones o caudales desiguales. Para un correcto mantenimiento de estas instalaciones es esencial fijarse en tres aspectos clave:
- Inspección visual detallada: Es importante detectar posibles daños físicos como grietas, abrasiones por raíces o roedores, deformaciones por exposición solar o presión excesiva, así como fugas en conexiones. En sistemas enterrados, esta inspección debe complementarse con una prueba de estanqueidad mediante presión controlada, lo que permite identificar pérdidas no visibles superficialmente.
- Limpieza de las tuberías: A lo largo de la campaña anterior, pueden haberse acumulado sedimentos, algas, biofilm y residuos minerales que reducen la sección útil de paso del agua. Se recomienda el uso de agua a presión para el arrastre de sedimentos, y, en casos de incrustaciones por aguas duras, la aplicación controlada de soluciones ácidas, siguiendo las normativas de seguridad agrícola.
- Estado de los emisores: Es esencial comprobar que los goteros y los aspersores funcionan dentro del rango de caudal especificado por el fabricante. Un emisor obstruido o dañado afecta directamente la uniformidad de riego. La limpieza debe realizarse con agua limpia, retrolavado en emisores autolimpiantes o, en casos más graves, desmontaje y limpieza manual con cepillos finos. En aspersores, se deben revisar también los mecanismos de rotación, alineación y boquillas, asegurándose de que no haya desgaste o deformación.
Limpieza y mantenimiento de filtros: la barrera contra obstrucciones
El sistema de filtración es responsable de proteger a los emisores de impurezas físicas, orgánicas y minerales que puedan transportarse en el agua de riego, especialmente si esta proviene de fuentes superficiales como balsas, embalses o ríos. Un mantenimiento deficiente en esta etapa suele ser la principal causa de obstrucciones recurrentes en el sistema.
- Filtros de malla: Son fáciles de limpiar, pero no eficaces frente a materia orgánica filamentosa. Se recomienda su limpieza cada 1 o 2 semanas, dependiendo del volumen de agua y su turbidez. La limpieza se realiza desmontando el cartucho y lavándolo con agua a presión, comprobando que la malla no esté rota ni deformada. También existen opciones de filtros automáticos de malla, que simplifican mucho la gestión de la limpieza con un gasto energético más eficiente y menos pérdida de agua en cada lavado.
- Filtros de anillas: Utilizados en sistemas más grandes o con mayor carga de sólidos. Estos dispositivos tienen mayor superficie de filtración y toleran mejor los ciclos prolongados. Su mantenimiento implica desmontar las anillas y limpiarlas manualmente, preferiblemente con agua a presión. Algunos modelos permiten un retrolavado automático, cuya frecuencia debe verificarse y ajustarse periódicamente.
- Filtros de arena: Utilizados para aguas con carga orgánica significativa, requieren especial atención. Funcionan por filtración mecánica a través de un lecho de arena, y su mantenimiento consiste en realizar retrolavados periódicos, que pueden ser semanales o incluso diarios en periodos críticos. Es imprescindible comprobar que las válvulas automáticas de retrolavado funcionan correctamente, que no hay canales preferenciales en la arena y que el medio filtrante no está contaminado ni agotado.
El uso de manómetros de entrada y salida en los filtros permite detectar pérdidas de carga anormales, indicativas de saturación u obstrucción interna. Estas lecturas deben registrarse en un cuaderno de campo o plataforma digital para su seguimiento.
Verificación y calibración de válvulas y reguladores de presión
Las válvulas hidráulicas (de paso, de sectorización, etc.) y los reguladores de presión son componentes fundamentales para el control hidráulico del sistema de riego. Su correcto funcionamiento asegura que cada sector reciba el volumen de agua y la presión adecuada, lo que incide directamente en la eficiencia de riego y la seguridad del sistema. El mantenimiento de estos elementos contempla diferentes aspectos:
- Inspección visual: Se deben buscar signos de corrosión, fisuras, desgaste mecánico o fugas en las uniones. Las válvulas manuales deben accionarse completamente para verificar su recorrido y estanqueidad. Las válvulas automáticas, accionadas por electroválvulas, deben probarse desde el programador o controlador, observando el tiempo de respuesta y el sellado una vez cerradas.
- Recambios: Es conveniente la lubricación de partes móviles, la sustitución de juntas tóricas y diafragmas si presentan signos de deterioro, así como la limpieza de sedimentos acumulados en los alojamientos. Es recomendable disponer de kits de reparación específicos por modelo, ya que estos elementos internos varían entre fabricantes.
- Reguladores de presión: Se debe comprobar que mantienen de forma constante el valor de consigna independientemente de las variaciones de caudal. Esto se realiza conectando un manómetro aguas abajo del regulador y comprobando su lectura frente a la presión deseada. Si hay desviaciones superiores al ±10%, es necesario recalibrarlo o sustituirlo.
Mantenimiento de automatismos, sensores y sistemas de control
En las explotaciones modernas, los sistemas de automatización han pasado a ser herramientas esenciales para el ahorro de agua, energía y mano de obra. Sin embargo, estos sistemas dependen de una electrónica sensible y de comunicaciones que deben revisarse minuciosamente antes de cada campaña.
- Algunos sensores requieren calibración anual en el campo para asegurar que las lecturas reflejan fielmente el contenido de agua útil. Se debe verificar que los tensiómetros, sensores y otros elementos arrojan lecturas correctas, también conviene revisar la integridad del cableado y verificar que no haya interferencias eléctricas.
- Los controladores o programadores automáticos deben someterse a una verificación completa del software, la programación horaria, la configuración de válvulas, estaciones y tiempos de riego.
- Las conexiones eléctricas son puntos críticos de fallo, especialmente en zonas húmedas o con exposición al sol. Es necesario revisar bornes, fusibles, conectores y protecciones contra sobretensiones. La sulfatación de terminales o la oxidación puede provocar fallos intermitentes difíciles de diagnosticar durante la campaña.
- En sistemas de comunicación remota (Wi-Fi, radiofrecuencia, GPRS), se debe comprobar la señal, asegurar que los datos se sincronizan correctamente con la nube o plataforma de gestión, y validar que las alarmas funcionan.
- En caso de sistemas solares autónomos, la carga y estado de las baterías debe comprobarse, sustituyendo aquellas con pérdida de capacidad.
Formación técnica del personal: pilar de la eficiencia operativa
El mantenimiento preventivo no solo depende de los equipos, sino también de las personas que los operan. La capacitación continua del personal técnico y de campo es esencial para garantizar una respuesta rápida ante fallos, una operación eficiente y un mejor aprovechamiento de las tecnologías instaladas.
Es recomendable realizar jornadas de formación al inicio de cada campaña, centradas en:
- Lectura e interpretación de manómetros y sensores.
- Protocolos de limpieza y desinfección del sistema.
- Detección de caudales anómalos y respuesta ante obstrucciones.
- Programación de controladores y ajuste de válvulas.
Además, implementar listas de verificación digitalizadas y registros de mantenimiento puede mejorar significativamente la trazabilidad y facilitar auditorías o certificaciones.
Copersa ofrece formaciones técnicas gratuitas sobre riego agrícola, dirigidas a técnicos, instaladores, distribuidores, responsables de finca y otros profesionales del sector que deseen actualizar conocimientos y conocer de primera mano las últimas soluciones tecnológicas en riego.
Un sistema de riego agrícola es tan eficiente como su mantenimiento lo permite. La ejecución sistemática de un plan de revisión técnica, limpieza y calibración de sus componentes antes de la campaña asegura una distribución hídrica uniforme, reduce las incidencias operativas y contribuye directamente a la sostenibilidad técnica, económica y ambiental de la explotación.
La agricultura española se enfrenta a retos hídricos crecientes. Preparar adecuadamente cada campaña de riego con una estrategia preventiva y tecnificada es una decisión clave para el éxito productivo en un entorno cada vez más exigente.
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Copersa opera en España, Portugal y Andorra, distribuyendo productos de riego por goteo y aspersión de marcas como Irrometer, Odis, Antelco, Senninger y Aster, además de varios tipos de productos diferentes para riego agrícola. Puedes obtener más información por teléfono, email, whatsapp o a través de nuestro formulario de contacto. Si ya eres cliente, puedes contactar con el delegado de tu zona.