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Cómo mejorar la productividad de los cultivos con agricultura de precisión

Como aumentar la productividad de los cultivos con agricultura de precisión

La agricultura de precisión es una práctica agrícola avanzada que utiliza tecnologías de información y comunicación para optimizar la producción de cultivos. Se basa en la gestión precisa y específica de las variaciones dentro de los campos agrícolas. Esta metodología permite a los agricultores ajustar las prácticas de cultivo a las condiciones particulares de cada parcela, lo que resulta en un uso más eficiente de los recursos y una mayor productividad.

Sensores: Los sensores de suelo y los medioambientales permiten recopilar datos en tiempo real sobre las condiciones del suelo y del entorno. Por ejemplo, los sensores de humedad Watermark instalados a diferentes profundidades pueden detectar cambios en la humedad a lo largo del perfil del suelo, permitiendo ajustar el riego para mantener niveles óptimos de humedad. También existen sensores para medir la temperatura del suelo, que es crucial para la germinación y el crecimiento de los cultivos, así como para medir la conductividad eléctrica, la concentración de nutrientes y los niveles de pH.

Sanidad vegetal: También existen herramientas para medir la salud general del suelo, ya sea a través de aplicaciones como Spectrum FieldScout GreenIndex+ para medir nitrógeno o los medidores de clorofila y NDVI. Conocer en profundidad estos datos permite aplicar fertilizantes de forma precisa solo en las áreas que lo necesitan, mejorando la salud del suelo, lo que hace que el cultivo sea más productivo. Además, la disminución del uso de fertilizantes reduce los costes operativos, lo que tiene un impacto directo en el rendimiento económico.

Evaluación de necesidades: Los datos obtenidos de sensores y análisis de suelo permiten evaluar las necesidades específicas de los cultivos y ajustar las prácticas agrícolas en consecuencia. Por ejemplo, un agricultor puede utilizar estos datos para determinar las zonas del campo que requieren más o menos riego y fertilización. Esta evaluación continua y basada en datos facilita la toma de decisiones informadas y permite una gestión más efectiva de los recursos, adaptando las prácticas a las condiciones cambiantes del suelo y el clima.

Optimización de recursos: Aplicar insumos como fertilizantes y agua solo donde son necesarios reduce el desperdicio y maximiza la eficiencia. Por ejemplo, en lugar de regar todo el campo de manera uniforme, los sistemas de riego de precisión pueden aplicar agua solo en las áreas que lo necesitan, basándose en datos de humedad del suelo. Del mismo modo, los sistemas de aplicación variable pueden ajustar la cantidad de fertilizantes aplicados en diferentes partes del campo, según la fertilidad del suelo y las necesidades de los cultivos, mejorando el rendimiento y reduciendo el impacto ambiental.

Sistemas de riego de precisión

Sistemas inteligentes de riego: Estos sistemas integran datos de sensores de humedad y condiciones climáticas para automatizar y optimizar el riego. Por ejemplo, un sistema puede ajustar automáticamente el riego en función de las lecturas de humedad del suelo y las previsiones meteorológicas, evitando el exceso de riego en días lluviosos o la insuficiencia en períodos secos. Esto asegura que los cultivos reciban la cantidad adecuada de agua en el momento preciso, promoviendo un crecimiento óptimo y evitando el desperdicio de agua.

Riego por goteo: Este método de riego suministra agua a las plantas a través de una red de tubos con goteros, permitiendo una aplicación precisa y localizada. Por ejemplo, en cultivos como viñedos o frutales, el riego por goteo puede ajustarse para proporcionar pequeñas cantidades de agua de manera constante, reduciendo la evaporación y asegurando que el agua llegue a las zonas radiculares, donde es más efectiva. Esto es particularmente útil en áreas con escasez de agua o en suelos arenosos que no retienen bien la humedad.

Microaspersión: Esta técnica dispersa el agua en pequeñas gotas sobre una área específica, simulando una ligera lluvia. Es ideal para cultivos sensibles como hortalizas y flores. Por ejemplo, en invernaderos, la microaspersión puede mantener una humedad uniforme y constante en el suelo sin saturarlo, lo que es crucial para el crecimiento de cultivos delicados que requieren un equilibrio preciso de agua. Además, la microaspersión puede ser ajustada para evitar que las plantas se mojen demasiado, lo que ayuda a prevenir enfermedades foliares.

Automatización del riego: Los sistemas automatizados de riego pueden ser programados para funcionar en horarios específicos o en respuesta a datos en tiempo real de sensores. Por ejemplo, un sistema automatizado puede activar el riego durante la noche cuando la evaporación es mínima, o ajustar la frecuencia y la duración del riego en función de las necesidades de las plantas y las condiciones del suelo. Esto no solo ahorra tiempo y esfuerzo, sino que también optimiza el uso del agua y mejora la eficiencia general del riego.

Gestión de nutrientes y fertilización

Aplicación de fertilizantes de tasa variable: La tecnología de tasa variable permite ajustar la cantidad de fertilizante aplicado en diferentes partes de un campo según la variabilidad del suelo y las necesidades de los cultivos. Por ejemplo, en un campo con variaciones significativas en la fertilidad del suelo, los sistemas de tasa variable pueden aplicar más fertilizante en áreas con bajos niveles de nutrientes y menos en áreas más ricas, asegurando que todas las plantas reciban la cantidad de nutrientes que necesitan sin exceso ni desperdicio.

Aplicación selectiva de nutrientes y agua: Basándose en el análisis detallado del suelo y las condiciones de los cultivos, los agricultores pueden adaptar la fertilización y el riego a las necesidades específicas de diferentes áreas del campo. Por ejemplo, se puede aplicar una fórmula rica en nitrógeno para una parte del campo que muestra deficiencia de este nutriente y una mezcla con más fósforo para otra parte que lo necesita más. Esto asegura una nutrición óptima para todas las plantas y maximiza el rendimiento del cultivo.

Inyectores de fertilizantes: Estos sistemas inyectan fertilizantes en el agua de riego, entregando nutrientes directamente a las raíces de las plantas junto con el agua. Por ejemplo, en un sistema de riego por goteo, los inyectores de fertilizantes pueden mezclar de forma continua los nutrientes necesarios para el crecimiento del cultivo. Esto mejora la eficiencia en la utilización de los fertilizantes y asegura que los nutrientes estén disponibles para las plantas en el momento adecuado.

Bombas dosificadoras: Los equipos avanzados de dosificación permiten la aplicación controlada y precisa de fertilizantes en función de las necesidades del suelo y de los cultivos. Las bombas dosificadoras permiten crear mezclas extremadamente precisas y los controladores pueden ajustar automáticamente la cantidad de fertilizante en tiempo real a través de la lectura de diferentes sensores, proporcionando la cantidad exacta de nutrientes que cada parte del campo necesita. Esto no solo mejora la eficiencia de la fertilización, sino que también reduce el impacto ambiental y los costes operativos.

Control de plagas y enfermedades

Software para enfermedades de las plantas: Existen programas informáticos que utilizan algoritmos validados junto con datos específicos de cada agricultor, para pronosticar la aparición de las plagas más comunes. El mismo programa sugiere el momento óptimo para aplicar tratamientos fitosanitarios, permitiendo así minimizar el uso de productos químicos, lo que a su vez reduce costes. Por ejemplo, el módulo de enfermedades de la viña ayuda a los viticultores a manejar enfermedades como el mildiú y la botritis, mientras que los módulos para manzanas y peras ofrecen estrategias para controlar la sarna y la roña. Además, módulos específicos para césped, patatas, tomates y cerezas proporcionan recomendaciones precisas para mantener la salud y la productividad de estos cultivos.

Análisis foliar microscópico: La lupa con cámara digital integrada permite la observación detallada y precisa de cultivos y plantas. Este dispositivo portátil combina una cámara digital, óptica de precisión e iluminación LED, facilitando el análisis directo en la pantalla del ordenador a través de un software especializado. Los usuarios pueden examinar de cerca hojas, flores y frutos para detectar enfermedades, plagas y deficiencias nutricionales, permitiendo una intervención temprana y efectiva. La capacidad de capturar imágenes de alta resolución y videos facilita el seguimiento y análisis continuo de los cultivos, proporcionando un registro detallado para la toma de decisiones informadas y el análisis de los cambios a lo largo del tiempo.

Intervención temprana y localizada: La detección temprana de plagas y enfermedades permite una respuesta rápida y específica, minimizando el daño y la propagación. Por ejemplo, si se detecta la presencia de una plaga en una sección específica de un campo, los agricultores pueden aplicar insecticidas solo en esa área en lugar de todo el campo. Esta intervención localizada reduce la cantidad de pesticidas utilizados y protege las áreas no afectadas.

Minimización del uso de pesticidas: Al enfocarse únicamente en las áreas problemáticas específicas y aplicar tratamientos solo cuando es necesario, se puede reducir significativamente la cantidad de pesticidas aplicados. Por ejemplo, en lugar de usar pesticidas de manera preventiva en todo el campo, los agricultores pueden esperar hasta que los sistemas identifiquen un problema, y luego tratar solo las áreas afectadas. Esto no solo ahorra costes y reduce el impacto ambiental, sino que también promueve la salud del suelo y la biodiversidad.

Otras herramientas de gestión agrícola para mejorar la productividad

Software de gestión agrícola: Estas herramientas digitales integran datos de diversas fuentes, como sensores de suelo, clima y maquinaria, para proporcionar una visión completa de las operaciones agrícolas. Por ejemplo, un software de gestión puede recopilar datos de sensores de humedad del suelo, estaciones meteorológicas y sistemas de riego, y presentarlos en un formato fácil de entender, ayudando a los agricultores a tomar decisiones informadas sobre el riego y la fertilización.

Modelos de cultivo: Simulaciones computacionales que predicen cómo los cultivos responderán a diferentes prácticas de gestión, condiciones climáticas y tipos de suelo. Por ejemplo, un modelo de cultivo puede simular el impacto de diferentes niveles de riego o fertilización en el rendimiento de un cultivo específico, permitiendo a los agricultores experimentar con diferentes estrategias y seleccionar la más efectiva antes de implementarla en el campo.

Sistemas de posicionamiento global (GPS): Utilizados para guiar la maquinaria agrícola con precisión, estos sistemas reducen el solapamiento en la aplicación de insumos y mejoran la eficiencia operativa. Por ejemplo, un tractor equipado con GPS puede seguir rutas predeterminadas con precisión milimétrica, aplicando semillas, fertilizantes o pesticidas de manera uniforme y precisa, lo que optimiza el uso de insumos y minimiza el desperdicio.

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